NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA

Dirección: Plaza del Santuario, 8

Fundación que ha sabido mantener vivo a lo largo de sus cinco siglos de existencia su carácter de símbolo para los malagueños, desde que san Francisco de Paula sugirió a Fernando el Católico la construcción de un monasterio en torno a la Virgen que habría de convertirse en patrona de Málaga y que había llegado hasta aquí con el séquito de los reyes. Una vez conquistada la ciudad tras un penoso asedio, a fines del siglo XV, se procedió a la construcción del templo. El convento fue reconstruido en el siglo XVII, tras una época de ruina y abandono.Se accede por un atrio que llama la atención por el contraste entre los arcos de ladrillo sobre el muro encalado, a medio camino entre la concepción clasicista y reminiscencias del gusto mudéjar. Una vez dentro, destaca la decoración de estuco, recubriendo de formas vegetales los elementos arquitectónicos, ejemplo del mejor barroco andaluz. La capilla mayor está presidida por un retablo procedente de la iglesia primitiva tallado por Luis Ortiz de Vargas en 1620 y policromado por Luis de Zayas en 1661.Tiene este templo una rica colección artística, como una Dolorosa de Pedro de Mena, dos copias de Caravaggio hechas en el XVII y un cuadro de Niño de Guevara. Un elemento singular del Santuario es el camarín , al cual se accede por una hermosa escalera concebida como un espacio claro y luminoso, decorado con gran cuidado; según algunos autores, esta escalera simbolizaría la Scala Santa, cuyo último escaño conduce a la gloria. Es de planta octogonal y recubierto de una abigarrada decoración de acantos, sin duda alguna es un elemento que atrae la atención por su originalidad, en el que se ha querido ver una plasmación alegórica de la eternidad. En las escayolas que recubren sus paredes se incrustan pequeños espejos, que le dan aún más luminosidad al espacio. En el centro podemos contemplar un pequeño baldaquino sostenido por cuatro ángeles, donde se sitúa, la imagen atribuida a Juan de Figueroa.